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jueves, 5 de febrero de 2009

Espacios Culturales de Quilleco

SALÓN PARROQUIAL DE LA IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES DIRECCIÓN: Sector Bascur S/N, QUILLECO. ENCARGADO: Cura Párroco Tomás Abel Carrasco TELÉFONO: 043-611006 ADMINISTRACIÓN: Privada SUPERFICIE DEL ESPACIO: 110 m2 CANTIDAD DE SILLAS: 300 (Plegables) GIMNASIO MUNICIPAL DIRECCIÓN: Sector Bascur S/N, QUILLECO. TELÉFONO: 043-633411 ADMINISTRACIÓN: Pública CAPACIDAD DEL ESPACIO: 500 Personas (Graderías) SUPERFICIE DEL GIMNASIO: 1000 m2 SALÓN COMUNITARIO DIRECCIÓN: Diego Portales s/n, (a un costado del Consultorio), QUILLECO ENCARGADO: Cardenio Valenzuela TELÉFONO: 043-1973847 ADMINISTRACIÓN: Comité de Agua Potable, Sector Canteras y Municipalidad de Quilleco.

Escudo de Armas de Quilleco

Escudo cortado 1º En campo de oro, dos árboles de sable, ebrancados y desarraigados, símbolo del desarrollo forestal. 2º en campo de azur, sembrado de lágrimas de plata, (representación toponímica. Quilleco= Agua de lágrimas, que representa la voz araucana=agua de lágrimas).

Quilleco, Cautivante y Acogedor

Cautivante y acogedor es este rincón de la provincia, que mira hacia la cordillera de Los Andes. Quilleco es un pueblo que vive en el sosiego de la vida campestre. Los principales sectores turísticos precordilleranos de la comuna, que tienen una gran atracción en periodo veraniegos, son Cañicura, Salto del Perro, Río Pardo, Las Malvinas, Olivillo y Tinajón, por nombrar algunos. 

Algunos de los lugares dignos de visitar son el puente Zapata, ubicado a 10 kms al nororiente de Quilleco, en la ruta a Antuco. Para ir de excursiones se ofrecen zonas naturales hermosas como Los Prados, Valle Hermoso y Salto del Perro. A 15 kms al oriente de la ciudad está el río Cañicura, de poco caudal y de extraordinaria belleza, enclavado en plena precordillera, llamado también Valle de Cañicura. 

También destaca un balneario, a 14 kms al norponiente de Quilleco y a unos 33 kms de Los Angeles en la ruta a Río Pardo, distante de esta vía a sólo 7 kms. Los ríos Rucúe, Duqueco, Laja, Coreo, Cañicura, Cañileo y Quilleco, ofrecen una hermosa vista y posibilidad de recreación y esparcimiento familiar. Un lugar para hacer turismo histórico es la hacienda de Las Canteras y su famoso castaño heredada por O’Higgins de su padre. Aún se considera una pequeña parte de ella, como recuerdo y sitio histórico. En la comuna también pueden degustarse, en distintos establecimientos, platos típicos, al igual que en algunas casas de campo.

Atractivos de Quilleco

Quilleco, sobre todo en verano, ofrece una serie de lugares para visitar o ir de camping con la familia, los que cuentan con agua potable y electricidad. Pero gracias a los varios ríos y esteros que pasan por la comuna son muchos mas los lugares que se pueden visitar y admirar, debido al hermoso paisaje que los rodea. 

Algunos lugares, aunque no son zonas de camping, bien pueden ser utilizadas para pasar una tarde agradable a orillas de un río, ya sea bañándose o pescando. Duqueco: Algunas de los sectores que conviene visitar en este río se encuentran en el sector de Salto del Perro (24 km de Quilleco) y también en las proximidades del puente del camino a Villucura (11 km de Quilleco). Cañicura: Ofrece un gran número de lugares para visitar en el sector del mismo nombre (16 km de Quilleco) Las Juntas: Lugar donde convergen los ríos Laja y Rucúe, posee una hermosa vista y muchos lugares para acampar, el ingreso se realiza por el sector de la Meseta.

Quilleco florece al pie de la montaña

Todo un orgullo constituye para los quillecanos tener dentro de los límites de su comuna la hacienda de Las Canteras, que perteneció al padre de la Patria, Bernardo O’Higgins Riquelme. También se cree que un añoso castaño ubicado en el predio fue plantado por el propio libertador. Sea efectivo o no, el hecho es que, el sector se engalana el 20 de agosto de cada año para recordar el natalicio del prócer, al pie de sus ramas. 

Quilleco, que en vocablo mapudungún significa «agua de lágrimas», fue fundado en 1853 por el intendente de Concepción, Francisco Bascuñán y Guerrero. La autoridad visitó el caserío de aquel tiempo, dándole el nombre de San Francisco de Quilleco. Esta comuna, que tiene una superficie de 1.189, 75 kms2, se ubica en la precordillera andina de la provincia de Biobío, entre las comunas de Los Angeles y Antuco, con parajes de belleza agreste e incomparables. Distante 40 kms al oriente de Los Angeles por el camino a Antuco, en la actualidad Quilleco tiene una población de 10.421 habitantes.

El Castaño de O’Higgins

El tiempo es inexorable y el viejo castaño ya no resiste. Se muere, como se muere todo lo que nace. Pero ¿qué pasará con toda la tradición, con la historia?, ¿se muere también la gratitud y el recuerdo?, ¿se nos muere también el alma y las raíces que nos sujetan al pasado? En el año 1982, por gestiones y recursos financieros aportados por la filial provincial del Instituto O’Higginiano, se compró al entonces Servicio de Seguro Social, el lote asignado con el número 1 “El Castaño”, con una superficie de 9.109, 12 metros cuadrados. 

Un estudio realizado en 1999 por profesionales de Forestal Cholguán S.A. indica que el árbol pertenece a la especie “castanea sariva” y que fue plantada, probablemente, hace 200 años. Su estado biológico presenta un acelerado desmoronamiento y el tallo está decapitado en el ápice, con vigorosas ramas basales de follaje abundante, lo que permite la fotosíntesis para sobrevivir. 

El Instituto O’Higginiano, con la colaboración de la sede Los Ángeles de la Universidad de Concepción, Forestal Celco S.A y la Municipalidad de Quilleco han realizado diversas actividades para conservar este patrimonio histórico, especialmente para los habitantes de esta zona. Todos deseamos que el viejo castaño nos continúe acompañando mientras se logra reproducir su especie. Mientras tanto, merece todo nuestro cuidado y respeto. AL CASTAÑO “Entonces para qué esos libros oscuros y tremendos. Si tu historia no se hizo de hojas amarillentas. Tu historia son esas hojas vivas del castaño. Ellas regresan a la tierra como tus mayores. Pero van a ser justo y a su tiempo las alas del castaño. Para que vuele el tiempo en su bandada” “Palabras a un canterano que puedes ser tú” Floridor Pérez, invierno de 1965.

Hacienda Las Canteras

La Hacienda San José de Las Canteras, legado de su padre Ambrosio O’Higgins, le fue entregada a don Bernardo O’Higgins, después de innumerables trámites, el 31 de enero de 1804, por parte de don Pedro Nolasco del Río, haciéndose cargo en forma personal de la construcción de la Casa Patronal. 

A juicio de algunos historiadores, era una de las más hermosas del sur de Chile en su longitud de 88 varas. En agosto de 1813, junto con tomar prisioneras a su madre y hermana, las fuerzas realistas saquearon e incendiaron los principales edificios, robando y sacrificando el ganado, quedando de la próspera Hacienda un desolador panorama. Exiliado el Libertador al Perú, en octubre de 1839 vendió el inmueble a la Compañía Explotadora Agrícola Porvenir de las Familias; en el 1885, pasa a manos de los señores Bonifacio Correa y Carlos Walker Martínez. Posteriormente, la adquieren Rafael Errázuriz y, sucesivamente, Absalón Valencia, Manuel Gavilán y Arturo Guzmán. Este último la vende a la Caja de Seguro Obligatorio, en el año 1925. 

A fines de la década del setenta, las 26.000 hectáreas de la Hacienda son transferidas a empresas forestales y particulares para compraventa y asignaciones por dominio. De la Casa Patronal no hay vestigio alguno cercano al Castaño de 0’Higgins y, así, quedó demostrado en una investigación arqueológica realizada por el Instituto O’Higginiano de Los Angeles, a mediado de los ’90. Sin embargo, sus vecinos y autoridades están empeñados en reconstruir la que habría sido la casa del futuro Padre de la Patria.

¿Entre Piernas?

Este original nombre lo recibe un sector próximo a Quilleco (3 km al Este) donde el camino hace una bifurcación, apartando un brazo (o pierna) hacia Tinajón y el otro hacia Cañicura. Con un poco de malicia aquel lugar paso a conocerse como Entre Piernas. Sin embargo, tras versiones sostienen que aquel lugar se llamaba Entre Piedras pero, por la situación antes descrita, su nombre fue variando hasta su denominación actual.

Las Malvinas

A unos 5 km de Salto del Perro, en dirección a la cordillera (este), existe una pequeña villa llamada Las Malvinas. Originalmente existían pocas casas en aquella zona, las que por entonces pertenecían al fundo San Lorenzo, una gran estancia de varias miles de hectáreas dedicada a la agricultura extensiva.

Debido a que la población de ese territorio aumentó y los residentes consiguieron comprar una pequeña parte de aquel fundo. Sin embargo, eso causó que se produjeran peleas por fijar los límites de cuánto le correspondía a cada cual. 

Como esta situación se presentaba al mismo tiempo que Argentina iba a la guerra contra Inglaterra por la propiedad de las islas Malvinas, no faltó quien relacionó ambos hechos y bautizó a aquel lugar como: Las Malvinas.

Cerro del Diablo

El pequeño cerro que lleva este nombre se encuentra a sólo un kilómetro aproximadamente de Villa Mercedes (localidad de la comuna de Quilleco). Su sólo nombre evoca sueños de miedo y terror. 

Según se cuenta, hace mucho tiempo un sacerdote atendía una iglesia por esos lugares y convertía a tanta gente con su prédica, que un día en que pasaba por ese cerro, se le apareció el Diablo en persona. Este trató de conquistárselo diciendo: "Curita, predicas muy bien, ¿por qué no trabajas para mí y a cambio yo te daré lo que me pidas?". Aunque asustado, el sacerdote rechazó categóricamente aquella "invitación" lo que enfureció de sobre manera al Diablo, quien lanzó un conjuro al cura que entonces quedó mudo y no pudo volver a predicar, por lo menos no a viva voz.

Salto del Perro

El Salto del Perro es un lugar que está a unos 26 kilómetros de Quilleco hacia el este, en la precordillera. Aunque con este nombre se conoce a un lugar más o menos extenso, su origen se debe a un lugar en particular dentro de toda esta zona el cual corresponde a un punto sobre el río Duqueco. 

Se cuenta que hace mucho tiempo un prófugo acompañado de su perro, trataba de escapar de la justicia por esos lugares. Lamentablemente para él, cada vez oía más próximos a sus perseguidores, los que no tardarían mucho en apresarle si no lograba burlarlos pronto. Sin darse cuenta, su loca carrera lo llevó hasta la orilla del río Duqueco que, en plena época de invierno, llevaba un caudal muy grande. Se sumaba una pronunciada pendiente del lugar hace imposible su cruce a nado. Cuando la ley ya casi lo apresaba y resignado como estaba, vio como su perro, aprovechando una angostura en el río, dio un gran salto alcanzando apenas la otra orilla. armándose de valor siguió el ejemplo del animal y logró, no sin dificultades, alcanzar la otra orilla y escapar.

Templo Parroquial Nuestra Señora de las Mercedes

Templo Parroquial “Nuestra Señora de las Mercedes” de Quilleco El Templo parroquial de Quilleco posee un claro programa teológico, es decir, ninguno de sus elementos estéticos tiene un mero fin decorativo, sino que cada uno de ellos está al servicio de una idea coherente de la fe cristiana. Por eso podemos decir que el edificio encierra un mensaje y basta un poco de dedicación para seguir el hilo de su secuencia lógica. Si se parte desde el exterior, siguiendo con la Biblia en la mano las estaciones del Vía Crucis (obra en cerámica policromada de Mari Huber) se concluye con la colocación de Jesús muerto en el sepulcro. Pero la verdadera conclusión de este ejercicio devoto está dentro de la Iglesia, donde el creyente se encuentra con la representación de Jesús resucitado en la gloria del Padre, (obra en madera policromada de Luis Miranda). 

El título patronal del Templo es "Nuestra Señora de las Mercedes"; y esto inspira la discreta pero definida insistencia en la persona de María como Madre de Jesús y Madre de los creyentes. Ya el conjunto pictórico-escultórico del portal muestra a María como portadora del don de Dios que es Jesús, comunicando a su prima Isabel el gozo de su presencia. El gran protagonista del misterio de la Visitación es el Espíritu Santo (obra en madera policromada de Luis Miranda); por eso domina toda la escena desde el tímpano de la puerta central que lleva el texto del Magnificat tallado en sus hojas (obra en madera de Pablo Luengo). Las siete ventanas amarillas en arco de medio punto, llevan en sus postigos interiores escenas marianas del Evangelio. Los tres medallones pavimentales (mosaico en piedra de Pablo Luengo y otros) distribuyen las tres últimas invocaciones de la tradicional oración mariana Salve Regina, traduciendo el original latino "clemens, dulcis, pia" por "clemente, compasiva, misericordiosa". Incluso las doce cruces de la consagración en cobre, no son mas que la composición cruciforme del símbolo mariano de la azucena. La silueta angélica que corona el campanario enarbola en una mano la cruz florida, símbolo del misterio pascual. En la otra lleva la trompeta con el anagrama de Maña. Los Doce Apóstoles (obra en cerámica policromada de Pablo Luengo y otros) aparecen todos vueltos hacia la presencia de Jesús resucitado. Todos van vestidos de rojo, excepto Juan que va vestido de blanco, pues es el apóstol virgen. El ángel adorante (obra en cerámica de Mad Huber) frente al Tebernáculo en bronce y policromía (único elemento conservado de la Iglesia antigua) invita a los que entran en ese sagrado lugar a rendir homenaje de adoración a la presencia sacramental del Señor en la Eucaristía que allí se reserva. 

El altar (una única pieza irregular de piedra traída del sector de Cañicura) posee en el centro de las cinco cruces de consagración un engaste con piedras de la cruz montadas en plata. Ellas simbolizan las cinco llagas gloriosas que Jesús resucitado quiso conservar como trofeos de su pasión. La base cruciforme del mismo es hecha con piedras sacadas de la fundación de la antigua casa parroquial, y transportadas hasta allí en carreta' a principios del 1900. En una de sus caras se excavó el nicho, contornado por rayos de cuarzo que contiene las sagradas reliquias de Santa Teresa de los Andes, y de San Alberto Hurtado, y los beatos Laura Vicuña, Luis Orione y Carlos Steeb.